Funcionarios evangélicos‏

SAMUEL SANTANA

En los últimos años es evidente la colocación de figuras y líderes evangélicos en instituciones del Estado.Esto es fruto de la diversidad que está logrando la comunidad protestante en la nación dominicana. Por eso, aunque parezca extraño, hay pastores y ministros ocupando siempre posiciones en los Gobiernos sin importar el color del partido.

Los hubo en la época del Partido Revolucionario Dominicano-PRD- y los hay ahora en el Partido de la Liberación Dominicana-PLD-.Los mismos partidos se abren a esto porque es la forma de contar en sus filas con “representantes” de una comunidad que ya es altamente significativa en la sociedad dominicana y con una marcada inclinación a seguir avanzando.

Lo que difícilmente ocurre en la Iglesia Católica-y otras creencias cerradas-está pasando entre los evangélicos. Mientras los sacerdotes se mantienen al margen de posiciones en el Estado, líderes evangélicos son ahora ministros y encargados de importantes carteras.De esto, lo que preocupa es determinar hasta qué punto estos funcionarios-evangélicos cuidan con su actuar la imagen, testimonio e integridad de la obra del Señor.Por lo menos, existen antecedentes que validan esta inquietud.

El país entero fue testigo en el 2009 del caso presentado por la periodista Nuria Piera en el que mostró los niveles de corrupción en que había incurrido el señor Marcos Lara Lorenzo. Aunque se demostró que él no pertenecía a ninguna de las instituciones evangélicas del país, lo cierto es que el hombre era pastor de una congregación.No es el único caso.

Lo dejamos de ese tamaño por razones obvias.Siendo que esta ha sido una realidad que nos ha dado en la cara y que vivimos en un país donde priman las ambiciones y el deseo de poder, ¿no constituye un riesgo que tantas personalidades evangélicas lleguen a las estructuras del poder sin que nadie les de seguimiento?Claro que es un peligro y algo riesgoso para la obra del Señor.

En esto de defender la integridad de la causa de Cristo es mejor no creer en nadie a tener que sufrir consecuencias funestas en el futuro.Conozco de personas que tienen posiciones importantes en este Gobierno y en el Estado. Sin embargo, los niveles de transparencia con que se manejan son escasos.

No hay ninguna diferencia con relación a los políticos comunes y corrientes.Otro riesgo es esos funcionarios evangélicos podrían acostumbrase tanto al poder, que quieran engatusar gentes y meter la misma política dentro de la iglesia a los fines de conservar posiciones.Todo esto podría conducir a un verdadero caos, algo que debe evitarse sin importar a quien afecte. Urge la creación de un sistema eficiente de vigilancia y seguimiento.



Rev. Samuel Santana
Director Relaciones Públicas
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